viernes, 5 de septiembre de 2008

FRENTE JUVENIL LUIS GUILLERMO FRANCO

Independientemente de los pronósticos que se hagan con respecto a la elección presidencial de los Estados Unidos de América, el mundo es testigo del advenimiento de un icono universal de liderazgo: Barack Hussein Obama, el vigía para revolucionar el stablishment. Con esa historia de penas y esfuerzos, en su discurso en la Convención Demócrata, realizado en Denver, Colorado el pasado 28 de agosto de 2008, sentenciaba con respecto a sus orígenes: “Hace cuatro años, estaba delante de ustedes y les conté mi historia acerca de la breve unión de un joven de Kenia y una joven mujer de Kansas que no les iban muy bien las cosas ni eran muy conocidos, pero que compartían la creencia de que en América, su hijo podía alcanzar lo que se propusiese en su cabeza”.

Esa naturaleza ecléctica en sus genes, es lo que hace que las tres cuartas partes del mundo tengan una afinidad con él: es un hombre de una herencia pluriracial y multicultural, y además es el primer individuo de tez negra que tiene la opción de ser el Presidente del país más poderoso de todo el mundo. Digámoslo así, por esta vecindad apabullante que tenemos con el país del norte, también esperamos –como continuó en su mensaje- que los próximos cuatro años no se parezcan en nada a los últimos ocho, en donde George Bush ha demostrado una y otra vez su belicismo y convencimiento por una política “pentagonista”.

Parte fundamental del ascenso de Obama es que ha confiado en un gran frente juvenil conformado por muchachos preparados, aguerridos en sus ideas y transparentes en sus consejos para acercar los mensajes a muchos más jóvenes no tan sólo en Estados Unidos, sino en todo el orbe. Para el senador es importante destacar que en el diseño de los discursos se encuentra Jon Favreau, un muchacho de 26 años originario de Massachussets que ha logrado sintetizar las ideas plasmadas en su emotivo libro “La Audacia de la Esperanza”. En otra ocasión apunté un comentario de Jorge Castañeda que insisto en su parafraseo, Barack es el favorito sentimental de dos tercios de la población mundial, los cuales comparten la característica de contar con una mayor cantidad de melanina en la piel. Por primera vez, la Casa Blanca estaría habitada por alguien con la piel canela.

Con ese mismo discurso, demostró su valentía para retar por su nombre al candidato oficial de los republicanos: “No creo que al senador McCain no le importe qué es lo que está pasando con la vida de los americanos. Pienso que es que no lo sabe. ¿Por qué otro motivo si no podría él definir a la clase media como aquella que gana menos de cinco millones de dólares al año? ¿De qué manera si no podría proponer cientos de miles de millones en rebajas fiscales para las grandes corporaciones y compañías petroleras pero ni un solo penique de ayuda fiscal para más de cien millones de americanos? ¿Cómo si no puede él ofrecer un plan de salud que penalizará con impuestos a las personas o un plan educativo que no servirá para ayudar en nada a las familias a pagar las escuelas, o el plan para privatizar la seguridad social y jugarse las pensiones del pueblo".

Además el remate a la anterior idea, fue contundente: “No es porque a John McCain no le importa, es porque no lo capta”. Un tipo mesurado, claro, pero enérgico para ser vocero de los grandes ideales de paz y concordia, los heredados por Martín Luther King, Mahatma Gandhi, John F. Kennedy, Lech Walesa y Benito Juárez. El discurso de Obama, con todo y los sacrificios que ha tenido, no es de amargura, sino de conocimiento de los problemas e interés por la renovación, Barack se identifica en sus propias palabras: “En la cara del estudiante joven que duerme sólo tres horas antes de entrar en el turno de noche. Pienso en mi mamá, quien sola, nos crió a mi hermana y a mí mientras trabajaba y estudiaba para un título, quien una vez recurrió a la asistencia pública para la alimentación pero todavía pudo enviarnos a las mejores universidades del país con la ayuda de los préstamos para estudiantes y las becas. Cuando oigo a una mujer que habla de las dificultades de abrir un negocio propio, pienso en mi abuela, quien progresó trabajando, desde el grupo de secretarias hasta ser supervisora, pese a los años en que no fue considerada para un ascenso por ser mujer. Es ella quien me enseñó lo que es el trabajo duro. Es ella quien aplazó la compra de un nuevo automóvil o un nuevo vestido para que yo pudiera tener una vida mejor. Me entregó todo lo que tenía.”. En política, lo que parece, es. Barack Hussein Obama es un pilar del frente juvenil mundial de los políticos de la nueva generación. Ojalá sea el presidente que todos esperamos. Gracias a Josué Cortes por su orientación en este artículo.

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