BARACK OBAMA Y SU TRIUNFO

Por Santos Murguía

smurguíag@hotmail.com

10 de noviembre 2008

Hombre carismático, nacido en Hawai, descendiente de un hombre africano de Kenia, no de una familia de esclavos nacidos en Alabama. Con nombre también carismático y rítmico decía un comentarista, el cual siempre, desde que ganó la candidatura a Hilary Clinton, siempre tuvo las encuestas a su favor entre 5 y 10 puntos arriba de McCain, a grado tal que la victoria ya se sentía inminente, con votos no solo para ganar sino hasta sobrantes para ser Presidente del país más poderoso del mundo.

En los debates, según encuestas y especialistas en la materia, todos los ganó, el New York Times y otros periódicos estaba con él, y entre la cosas que aducían, es que el tenía mejor programa que su contrincante MaCain, además de que a McCain se le empezó a ver cansado, y en sus discursos, fuera de atacar sistemáticamente a Obama, a veces sin fundamento, parece que ya no sabía que decir, y su compañera de fórmula, Sarah Palin, fuera de tener una sonrisa candorosa, graciosa y simpática, no sabía manejar estos temas políticos, le faltaba pulimento y se contradecía en los debates, no estando a la altura; sus críticos siempre la consideraron sin experiencia y hasta se burlaron, frente a un Joe Biden que estaba muy por encima, tanto en el desenvolvimiento como en los argumentos manejados con gran soltura y conocimiento, parecía un lobo frente a Caperucita.

Por su parte, Barack Obama, heredero de los ideales de Martin Luther King y Jonh F. Kennedy; joven, dinámico en sus movimientos, desde que aparecía en el escenario, sus presentaciones ante el público estaban perfectamente calculadas, que además (hay que reconocerlo), demostraba una inteligencia del lenguaje frente a la muchedumbre que enloquecía, cuando empezaba a hablar, y los dardos que tiraba a McCain iban perfectamente dirigidos. En sus discursos utilizó bien sus cualidades oratorias que había practicado, con una mirada envuelta en la concentración y el autoconvencimiento, como la oración de un pastor hecha discurso, pidiéndole iluminación al mismo dios. Barack dijo en una ocasión que con la oratoria se puede transformar a un individuo, a una multitud, a un pueblo, a una nación y al mundo. En cambio John McCain por muchas razones obvias y su formación, la oratoria no era su fuerte.

A eso hay que agregar: el deseo de cambio del pueblo americano en estos tiempos de crisis, porque vimos la gran cantidad de blancos y negros unidos en torno a Obama, a pesar de las grandes reminiscencias racistas; así mismo hay que agregar la gran cantidad de recursos financieros que pudo recaudar para gastos de campaña, muy por encima de los recursos invertidos en la campaña de McCain.

Por otro lado su programa diseñado y asesorado por los mejores economistas de los Estados Unidos, que siempre se distinguió del de su adversario por ser más liberal, y acorde con estos tiempos difíciles, tocó los siguientes puntos neurálgicos:

-Acabar con la guerra de Irak la cual ha cobrado muchas vidas humanas, además de carcomer la economía del pueblo norteamericano por los gastos generados y ser parte principal de la crisis que están sufriendo los gringos.

-Adoptar una política de distribución de la riqueza a través de determinados mecanismos como los impuestos y el gasto público.

-Mayor regulación de los mercados financieros.

-Aumentar el apoyo al sistema de salud.

-En el caso de la inmigración, dejó vislumbrar con mucho cuidado político, que atenderá el problema con más humanidad, cuando mencionó la crueldad de como el gobierno de Bush separaba a madres indocumentadas de sus hijos. Para los latinos, este es uno de los temas principales a atender, por eso con esta esperanza se volcaron a favor de Obama; ya que Bush no solo desatendió este problema sino que decidió poner una “CORTINA DE HIERRO” entre México y EU, deportando y hostigando masivamente a los indocumentados; nunca comprendió Bush ni los republicanos que EU es un país de inmigrantes, y que ellos mucho han contribuido en su construcción. Además que los mexicanos principalmente, tienen un origen histórico y geográfico común con el pueblo americano, el cual fue roto por Antonio López de Santa Anna.

El martes 4 de noviembre, Barack Obama, un hombre de raza negra, Apoyado por los jóvenes de EU, por Clinton, por artistas como Shakira y Madonna, por Hollywood, Por muchos países como Japón, ganó las elecciones en forma aplastante (teniendo como único antecedente la votación mayor de Ronald Reagan), del país más poderoso del mundo, con carro completo en la Cámara de Senadores y de Representantes.

Su triunfo profetizado:

-Por Nostradamus según algunas interpretaciones.

-Por el Filósofo Francés Bernard Henri Levi, en su artículo de hace 4 años sobre su libro, “Un Clinton Negro”, donde predijo, el triunfo de Barack Obama.

-Y por si fuera poco nuestro amigo el Gran Fidel Herrera y nuestro Gobernador, con ese estilo visionario de líder que lo caracteriza, respondió en una entrevista hace unos meses vaticinando que un negrito ganaría la Presidencia de los Estados Unidos.

Obama, como líder actual e indiscutible de los Estados Unidos de Norte América, el país mas poderoso del mundo, es uno de esos hombres que rompen con los estereotipos de los líderes convencionales, por ser el primer Presidente de color en un país dirigido por blancos, por ganar arrolladoramente a los republicanos, por haber llegado al triunfo después de una carrera política meteórica, por su juventud, por su vida azarosa y llena de vericuetos, como la orfandad, en fin; por otro lado también hay que reconocer que es un made self man, como dicen los americanos; que se enfrenta al desafío de una tarea gigantesca que le hereda Bush: una economía y un país en desastre y con dos guerras. La moraleja que se podría obtener de este fenómeno, es que ojalá, utilice bien su inteligencia y su buena suerte, y actúe con mesura y sensatez en su victoria, y no lo hunda la soberbia como suele suceder en casi todos estos casos, que es el síndrome de la mayoría de los grandes lideres.

En hora buena.