miércoles, 28 de enero de 2009

POLITICA NEGRA


      LUIS GUILLERMO FRANCO

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El Sexto Encuentro Mundial de las Familias es un movimiento promovido por la Iglesia Católica para afirmar al grupo que provee (idealmente de manera continua) de cobijo, cariño y valores a los infantes además de comprensión y apoyo entre los adultos. Las alegorías catastrofistas que escribió el apóstol más amado (Juan), inspirado en las revelaciones que acudieron a su psique en su retiro en le isla de Patmos, tienen cercanía con los terribles efectos del calentamiento global, las regiones miserables del mundo, los conflictos fraticidas, las anquilosadas luchas raciales. Para algunos fanáticos que quieren erigirse en los anunciadores de la apertura de los sellos y la sinfonía maldita de las trompetas en el cielo, éste es el momento de buscar en la convocatoria del Vaticano, el sosiego oportuno para asimilar más indicios espirituales que hagan mantener la fe en un futuro promisorio.

Como ironía festiva que espero no haya sido premeditada, el dia de los inocentes el Obispo de Roma, Joseph Ratzinger -Benedicto XVI-, envió una correspondencia pública al mundo en donde planteaba que “deseando una más digna situación de la sociedad futura muchos pastores y fieles laicos de todo el Mundo se reunirán próximamente en la ciudad de México con motivo de realizar el VI Congreso Mundial de las Familias pues estiman que la familia es fundamental entre las instituciones humanas y cristianas”.

Este evento se encuentra ya en proceso, del 13 al 18 de enero. Desde luego que el propósito es encomiable, porque para el amor siempre debe haber tiempo, aunque siempre es importante cimbrarnos con aseveraciones que pueden estrujar nuestra dermis, como aquella que legó Simone Weil: “El amor es un indicio de nuestra miseria. Dios no puede sino amarse a sí mismo. Nosotros no podemos amar sino aquello que nos es ajeno”. Con todo, en esta época en que los liderazgos religiosos también se encuentran anclados a la exigencia de contar con un buen rating (El Papa germano sabe que su carisma se encuentra muy distante del bonachón antecesor), la carta continúa acudiendo a los comentarios de Karol Wojtyla: “Este argumento es considerado de gran importancia, porque “La Familia está llamada en la Iglesia para cumplir un oficio educativo en la participación de la vida y la misión de la Iglesia. La Iglesia desea educar principalmente por la familia, ya que por el sacramento del matrimonio es designada con la gracia de estado para cumplir esta obligación”. (Ioannes Paulus II, Gratissimam sane, 16). En verdad, los principales maestros de humanidad para sus hijos son los padres, que sostenidos por la gracia divina, tratan de dar a ellos las virtudes de la fe en Cristo, de una caridad activa y de gran esperanza, “y al realizar este ministerio ocupan el primer lugar: son educadores porque son padres” (Ibid.)

A pesar que la Iglesia Católica mantiene rituales anquilosados, se debe reconocer que Juan Pablo II realizó reformas importantes que permitieron abrir debates que antes eran impensables. Recientemente ante las escandalosas cifras que se manejan para que diócesis de los Estados Unidos indemnicen a individuos que fueron abusados, Benedicto XVI ha expresado su interés porque se investigue cualquier tipo de abuso deshonesto contra los niños. Existe un reconocimiento tácito para castigar a aquellos prelados que escudados de su condición de ministros de la fe cristiana, sodomizan a pequeños que por su poco juicio caen envueltos ante las perversidades de sacerdotes pederastas.

Prosigo con el documento en comento “conviene recordar cómo algunos fieles, de la antigüedad y de la edad reciente, han dejado a las familias cristianas, no sólo a los jóvenes sino a muchas gentes, un ejemplo de fortaleza y el testimonio de la virtud. Así entre muchos sobresalieron en el Oriente los santos Basilio y Emelia que, entre sus nueve hijos tienen cuatro santos; en el Occidente los santos Gordiano y Silvia, padres del Sumo Pontífice san Gregorio Magno. Al comenzar un nuevo milenio la Madre Iglesia entre los beatos colocó a Maríam Teresiam Ferragut Roig, la cual en España consiguió la palma del martirio y la gloria celestial a una con cuatro hijas vírgenes consagradas a Cristo; los esposos Luis Beltrane y María Corsini en Italia; Luis Martín y Zeliam Guérin en Francia, de las cuales nació la Patrona de las misiones y flor del Carmelo Santa Teresa de Lisieux.”

Ignoro si con el detalle de familias santas, Benedicto piense que las familias se volcaran a vivir en santidad para propiciar el surgimiento de nuevos linajes eclesiásticos. Entre lo anacrónico y lo actual del curita pederasta de Boca del Río, hay un trecho importante de bestialidad. luisguifranco@gmail.com

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