sábado, 21 de febrero de 2009

Franco en Linea

VOCERO TENTADO

      LUIS GUILLERMO FRANCO


La policía china de la época de Mao, era ampliamente reconocida por sus procedimientos misteriosos, la secrecía de sus códigos de ataque y la brutalidad con la que actuaban para someter o extinguir personalidades incómodas para el régimen. Con todo, si bien eran al extremo enigmáticos, había también una referencia a que muchos de sus integrantes eran prolíficos ejecutantes de torpezas al momento de acercarse “al cumplimiento del deber”. El rasgo característico de esos yerros, era que la perspectiva de las oscuras estrategias se tenia que procurar hasta el límite, incluso entre los mismos grupos especiales, en donde a pesar de que todos iban por una misma encomienda, la información era suministrada en diferentes proporciones “para evitar sesgos y filtraciones”.

“El que tiene la información, tiene el poder.” Ese aforismo es delicado de implementarse al extremo, porque es fácil caer en enfermos delirios de persecución. Creerse objeto de una gran cruzada para vulnerar su coto informativo, puede ser un temor natural si se tratara de algún alto directivo de la Procuraduría General de la República o un destacado instructor de la Secretaría de la Defensa Nacional. Seguramente habría un “blindaje” especial para detectar cualquier intervención telefónica. Habría celosos sabuesos cibernéticos para impedir que el disco duro de su laptop fuera vulnerado por algún hacker perverso.

Hay quienes tienen una deliciosa afición por las películas de espionaje, filmadas durante el periodo de la guerra fría, en donde todo era una constante por desactivar los planes de dominación mundial de los contrarios (rusos o norteamericanos). El objetivo era que se tenía que evitar la motivación para no apretar “el botón rojo”. Lo destacable es que en cualquier caso, había gabinetes de comunicación especializados para el manejo de crisis y así evitar el pánico generalizado. Los voceros se encargaban de mantenerse en contacto con la opinión pública, otorgando pormenores acerca de los esfuerzos que se realizaban.

Una explicación sencilla a la existencia de un vocero, es que sirva de “amortiguador”. De esta forma, el principal líder político o administrador, evita los riesgos de una exposición pública a los medios, ante una circunstancia que se torne difícil. Otro papel del vocero, sería que con su trabajo, puede subsanar las debilidades oratorias del tipo al que representa, no estoy muy seguro de incluir como ejemplo a Rubén Aguilar Valenzuela, porque también daba cada patinazo a lo Fox.

Una expresión más sería la de los voceros fortuitos, como el malogrado Mario Ruiz Massieu, que ante el asesinato de su hermano, se convirtió en Fiscal Especial del caso y mantuvo activa su voz como la poseedora del mensaje oficial de la PGR. Pero dentro de esas vocerías y risibles se encuentra otro clásico de la PGR del siguiente sexenio, pero del mismo asunto. En la crónica de la época, se apuntaba que “La Paca (Francisca Zetina) fue acusada el 31 de enero de 1997 de haber sembrado restos humanos en la finca El Encanto, propiedad de Raúl Salinas de Gortari, junto con otras siete personas, situación que involucró al gobierno federal en una investigación de corte política-policiaca-esotérica.” Recordemos en aquellas imágenes al fiscal Chapa Bezanilla atento a las indicaciones de la Paca, vocera del más allá para encontrar la osamenta del desaparecido Diputado Manuel Muñoz Rocha.

Otro planteamiento chafa de vocería, es la que realizó el pintoresco Gerardo Fernández Noroña, pues actuó en más de una ocasión como chivo en cristalería, en donde incluso los propios dirigentes “aclaraban y desmentían” lo que exponía en ocasiones. Recuerdos de su estilo incendiario e irracional, es la irrupción en la Catedral de la Ciudad de México con un envoltorio que contenía una lengua de res y sus declaraciones donde descalificaba a Ruth Zavaleta porque al aceptar un “huesito” (refiriéndose a su nombramiento como Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados) le concedía reconocimiento al “Espurio”.

Como quiera que sea el estilo y el propósito, los voceros manejan información pública, no son custodios del sistema de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos ni del Centro de Información en Seguridad Nacional de la Segob. Se trata de esquizofrenia pura, porque su desempeño es para dar una mejor imagen de su institución. Un vocero no debe caer en la tentación de sentirse garante de información que pueda poner en alfileres la seguridad nacional. Para este caso, aplica la técnica de grupo de la policía china, el vocero sólo debe saber lo necesario. Definitivo, un vocero no puede ser arrogante, indiscreto y mucho menos misterioso, como ese en el que usted esta pensando.

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